Te amaremos hasta que nuestro corazón deje de latir

6 de agosto de 2012

Atracción Prohibida




La Fiesta: Parte II

Bella P.O.V

-Bienvenidos al Hotel Riu Palace*, les atiende Victoria ¿En que puedo servirles?
-Hola Victoria- dijo Jake con caballerosidad- Tengo una reservación
-¿A nombre de quien?- contesto la chica cortésmente
-Jacob Black
La chica de cabellos rojizos comenzó a teclear el nombre de Jake, y comenzó a susurrar los apellidos con "B", al poco tiempo una sonrisa se plasmo en su rostro.
-Jacob Black, una suite doble con vista al mar ¿Cierto?
-Cierto- se le plasmo una hermosa sonrisa
Esperen. Una suite. Una sola habitación… Eso quería decir….
-Que disfrute su instancia aquí señor Black
-Gracias- contesto el, después se giro lento y me miro con curiosidad- ¿Sucede algo Bella?- silencio- Vamos
Me tomo del brazo, mientras uno de los botones* se acercaba y colocaba todas nuestras maletas en un carrito para poder transportarlas hacia el elevador y a la habitación de ambos. ¿Hacia calor o era yo? Quizás ambas cosas; el imaginar que Jake y yo, estaríamos en una misma habitación…solos; me daba cierto miedo. "¡Pero que te pasa Bella! ¿No era eso lo que querías? Decía una vocecilla en mi cabeza, tenía razón, esto había estado pidiendo, pero ¿Estaba lista?
-Bella- dijo un divertido y preocupado Jake- te eh estado hablando desde hace rato y no me haces caso, ¿Todo bien cariño?
Salí de mi ensimismo y me di cuenta de que ya estábamos dentro del elevador de cristal, paredes, techo y piso de metal y estábamos a una distancia de mas o menos 100 metros del suelo, reaccione y le dedique una sonrisa tranquilizadora.
-Todo está bien- conteste
-¿Segura?
-Es solo que…-dude en decirle; pero su rostro preocupado me incitaba a decirle- ¿Dormiremos en la misma habitación?
-¿Eso te preocupa?-dijo ignorando por completo al botones que venía con nosotros, yo solo asentí- Si es eso, yo dormiré en el sofá no tienes porque preocuparte
Y seguido me beso castamente en los labios, yo solo pude sonreírle tímidamente, y voltear mi mirada a los costados. Pasaban los minutos y el elevador seguí y seguía subiendo, el mundo bajo nuestros pies se veía tan pequeño como aquellas hormigas que apreciaba de chiquilla, se veían tan pequeños y débiles todos desde donde nosotros nos encontrábamos, que todo parecía irreal. Cuando por fin se detuvo el elevador –que me fue demasiado tiempo el que tardo- salió el botones y camino por enfrente de nosotros, Jake me tomo de la mano derecha y ambos caminamos por el pasillo tomados de la mano, sin miedo a que nadie nos pudiera ver y recriminar nuestra extraña relación.
-Jake…- le pregunte, el solo asintió a que continuara hablando- ¿En que piso estamos?
-En el piso 32
-Vaya…-fue lo mejor que me pude expresar- Demasiado lejos del suelo ¿No crees?
-Si- contesto con una sonrisa
-Hemos llegado, suite 612- dijo el botones entrando por al puerta.
Jake y yo nos miramos y sonreímos y ambos tomados de la mano entramos a la suite. El lugar era bellísimo.
-Aquí esta puerta de enfrente es un baño simple- dijo señalando la puerta blanca-, aquí esta el mini bar y una cantina, dijo señalando un pequeño mesón y unas cuantas botellas en una repisa, esta es la "sala-comedor"- dijo señalando unas sillas de madera alrededor de una mesa de cristal y dos sillones blancos uno frente al otro pegados a un ventanal- Y esta es su habitación, la habitación contiene un baño completo con Jacuzzi, pantalla plasma, televisión por cable, teléfono, internet y una computadora portátil, por si les es necesario- tomo un poco de aire y finalizo- En la terraza se encuentran dos sillas para descansar y otras cuatro sillas con mesa por si se les parece comer ahí, tienen servicio las 24 horas del día ¿Se les ofrece algo más?
-No gracias- dijo Jake dándole una pequeña propina-Gracias
-Gracias señor, Compermiso
-Pase- contestamos a la vez Jake y yo
En silencio ambos comenzamos a sacar nuestras pertenencias de las maletas y las colocamos en un closet que se encontraba en la habitación, mis cosas para el baño, las coloque en un neceser y lo coloque junto a otro neceser –que supongo era el de Jake- en el lavabo. Acomode todos mis vestidos tropicales –cortesía de mi madre- algunas playeras de algodón, shorts, y mi lencería un poco "provocativa" según mi madre. Ella insistía en que llevara esa lencería, el motivo me era desconocido, pero tenía miedo a que sospechara que entre Jake y yo sucedía algo.
Jake había terminado de guardar sus cosas y se aventó plácidamente en la cama y prendió el televisor y comenzó a cambiar de canales, me estaba dando mi espacio, y se lo agradecí, recorrí con cuidado la habitación y salí a la terraza a ver la preciosa vista del mar, sentir el aire chocar contra mi rostro, poder quemar mis fosas nasales con ese olor salado del mar, la brisa el viento, el mismo sol, todo era tan maravilloso y hermoso.
-¿Te gusta?- pregunto Jake abrazándome por la espalda y besando tiernamente mi cuello
-Si…-susurré- Es hermoso Jake
-Lo reserve pensando en ti- continuo aspirando mi aroma a lo cual me estremecí- Quería que tuvieras la mejor vista de los Cabos mi dulce Bella
-Oh Jake- me volteé y nuestros rostros quedaron a escasos centímetros de probar el elixir de la otra boca- Te amo
-Te amo Bella
Ambos nos besamos con suma ternura, delicadeza y cariño que emanaba por cada poro de nuestras pegajosas pieles, seguimos besándonos embriagándonos cada vez más con las caricias y besos del otro, lo cierto era que, ninguno de los dos tenía tanta urgencia por avanzar esto, simplemente estábamos bien. Jake poco a poco deshizo el beso y cuando me observo sus orbes negros brillaban de una luz especial: amor.
-Ven vamos a dormir un rato- me jalo hacia el interior de la suite- Mas tarde iremos a divertirnos
-¿Y los socios de Tokio? ¿Cuándo los veremos?
- Dentro de tres días
-Tramposo- sonreí al saber, que había hecho una reservación con mayor tiempo para los dos
- Anda, descansa amor
Ambos nos acomodamos en la extensa cama y nos abrazamos mutuamente, esto era la perfección pura, solo Jake y yo, sin ningún tabú de nuestra relación solo el y yo y un amor completamente infinito y sincero. Cuanto lo había rogado a Dios por que un hombre así me amara, no me importaba su edad, si era casado, si yo era su amante, si ambos teníamos una pareja a la cual serle fiel, lo que me importaba era solo el amor entre el y yo.

A lo lejos pude percibir la ducha. Mis ojos estaban cansados, pero el ruido de la ducha me desperezo por completo. Tarde poco en enfocar mi vista y recordar donde me encontraba, estaba acostada en la extensa cama de la suite solo tapada con un cobertor, con la televisión en un canal de música con el volumen bajo, mientras que un sexy hombre que para ser exactos era mi razón de vivir, se encontraba a unos veinte metros, desnudo y completamente mojado….
-Ya basta Bella- me dije a mi misma al sentir un cosquilleo en mi vientre
Lo cierto es que en mi mente ya había planteado más de tres escenarios donde los protagonistas éramos Jake y yo, el baño... la terraza… la cama…
-¿Bella?
-Mand…
La frase se quedo atorada en mi boca, ya que la vinieron a sustituir los litros de baba. Ahí estaba mi Dios del Sol, mi Dios de sonrisa perfecta, desnudo de la cintura para arriba y con una toalla enredada en sus caderas, un vello fino por su ombligo hasta la parte baja de su vientre, su pecho… su hermoso pecho perfecto mostrándome los muchos cuadritos que tenía marcados por el ejercicio y empapado de agua, su cabello negro corto estaba mojado que parecía que tenía vida propia. Se veía tan condenadamente sexy que pensé que lo iba a violar.
-¿Te gusta lo que ves?- dijo divertido y con un tono sexy, que me moje enseguida
-Yo… este… veras… pues…- estaba segura de que mi rostro era de mil y un colores
-Se puede ver y tocar dijo paseándose por toda la habitación y dándome una mejor vista de su hermosa espalda y su trasero bien formado
-Yo…iré a... baño- tartamudee y me metí en la ducha
Una vez adentro, le puse seguro a la puerta y comencé a despojarme de mis prendas. Si Jake quería jugar sucio, sucio jugaríamos. Le daba gracias a Dios por que mi madre me haya ayudado con la maleta y por al ropa que tenía puesta. Tome aire y Salí.
-Oye Jake no has visto…-deje inconclusa mi frase al ver la cara de pasmado que tenía
-Bella….-dijo con voz extremadamente seca, y trago gordo
-¿Qué?- dije inocentemente
-Tu…ropa… yo…- de pronto comenzó a jalarse incomodo su pantalón
-¿Te gusta lo que ves?- trate de sonar sexy, y solo recibí como respuesta un gemido por parte de él afirmándome que había conseguido mi objetivo
-Olvídalo, esta en el baño- sonreí pícaramente, me di la vuelta y camine lo mas provocadoramente que pude, hasta cerrar tras mi espalda la puerta
-¡Dios!-grito Jake al otro lado de la puerta- Ayudameee
Sonreí satisfactoriamente. Y pensar que este conjunto rojo, de sostén y bóxer un día los llegue a odiar, pues el día de hoy los amaba por haber dejado en "complicaciones" a mi querido Dios del Sol. Con ese pensamiento deje que el agua caliente recorriera cada parte de mi cuerpo, relajándome, dejándome tranquila y satisfecha por tanta calidez, una vez que estuve bañada, Salí envuelta en una toalla y busque a Jake con la mirada. Al no verlo en la habitación, pensé que quizás estaría en el balcón, aprovechando en tiempo, tome un conjunto de mi closet, ropa interior y me metí de nuevo en el baño a vestirme; para esta ocasión había agarrado unos pescadores color blanco y una playera tipo top color azul marino con unos tenis de piso del mismo color que el pescador. Una vez vestida, me desenrede el cabello y lo deje suelto para que callera libre por mi espalda; del neceser tome un poco de delineador azul marino y rímel, para ponerme en los ojos, y me puse un poco de brillo en los labios, finalizando con un toque de perfume de fresas.
Al salir del baño, me dirigí al balcón y en efecto ahí se encontraba mi hombre ideal, recargado en el barandal observando tranquilamente el crepúsculo. Me acerque a él y lo abrace por la espalda, solo pude escuchar como soltaba una risa tranquilizadora para después besar el dorso de mis manos.
-¿Lista?- pregunto aun mirando hacia el mar
-Lista- conteste- ¿Y tú?
-Listo, ¿Cómo me veo?
AL separarme de él pude observar mejor su atuendo. Tenía una muy buena forma de vestir, tenía unos vaqueros color azul marino, con una playera tipo polo color verde que s ele ceñía a todo su cuerpo moreno y perfecto. Era el pecado andando.
-Bien- conteste feliz- ¿Y yo?
-Hermosa- dijo sin dejar de escanearme una y otra vez
-Gracias- conteste al borde del sonrojo
-¿Vamos?- pregunto acercándome su mano, la cual tome sin duda.
Mientras íbamos en el elevador le pregunte a que tipo de fiesta íbamos y el solo contesto "fiesta de diversión". AL llegar a la entrada del antro de ahí mismo del hotel, dos gorilas enormes nos sellaron la mano para comprobar que éramos clientes del lugar y que veníamos exclusivamente a este antro.
Las luces de neón estaban por todos lados parecía que salían de todos los lugares y de ninguno a la vez, Jake me tomo de la mano y me arrastro hasta el centro de la pista, ambos sonreímos y me susurro muy cerca del oído:
-Disfruta esta fiesta mi dulce Bella
Y comenzó a sonar una nueva canción.
So we back in the club Get That bodies rocking from side to side (side to side) Thank God the week is done I feel like a zombie gone back to life (back to life)
Ambos comenzamos a bailar, dejándonos llevar por la música, sentir como cada célula de mi ser tomaba vida propia y me hacía moverme en total sincronía con el cuerpo de Jake, era mucho que mejor de lo que pensaba. No era mala para el baile, al contrario, amaba bailar; pero esta noche, sentía cierto éxtasis por brincarme los límites y seguir sin importarme nada más que la sola presencia de Jacob y yo.
Cada paso, cada movimiento, cada roce hacía que me sintiera extasiada y necesitada de mas contacto de nuestras pieles y al parecer no era la única que lo deseaba. Jake hacía más notorios sus movimientos haciéndome a veces gemir de placer al sentirlo tan cerca de mí, el sudor comenzaba a correr por su hermoso rostro dándome una vista totalmente sensual de aquel hombre. Cuando nos prendíamos más en e baile no podía evitar ser un poco malvada y restregarme todo lo que podía contra el cuerpo Jake y me satisfacía mucho el saber que se excitaba tanto o más que yo.
Estábamos al borde la locura, la música, las luces, nuestros roces, el ambiente nos incitaba a seguir más y cruzar esa delgada línea que nos impedía estar juntos y fundirnos en una sola persona. Sin poderlo evitar mas me abalance sobre sus labios y los devoraba con ferviente devoción, como si de ello dependiera mi vida, él no tardo en reaccionar y poso sus grandes manos a los costados de mi cintura, recorriendo de arriba abajo cada parte de ellas, a veces aventurándose un poco más, perdíamos poco a poco la conciencia de que nos encontrábamos en un antro rodeado de extraños, pero eso lo hacía más excitante; sin poder evitarlo comencé a moverme en formas tentadoras sobre el cuerpo de Jake, él no tardo en reaccionar y ambos estábamos creando una dolorosa pero placentera fricción entre ambos, poco a poco crecía un cosquilleo inmenso sobre mi vientre bajo que se comenzaba a expandir.
Lo necesita y lo sabía. Y ya estaba lista. Sin dejar de hacer esa sincronía con nuestros cuerpos, bese el cuello de Jake y lo mordisque un poco haciéndolo gruñir de placer. Subí mi boca hasta su oreja y mordí suavemente el lóbulo izquierdo y al instante sentí como se ponía más duro para mí.
-Exquisito- re susurre, restregando mi intimidad contra la suya
-Bella…-gimió
-Quiero- dije o más cerca de él- Quiero que me hagas el amor Jake
Jake detuvo abruptamente nuestra dolorosa danza, y me miro fijamente a los ojos. Sus ojos eran dos orbes negras demandadas por el deseo, la lujuria, pasión y amor. Frunció un poco el ceño y yo, comencé a sentir un poco de pánico.
-¿Qué?- pregunte asustada
-Bella-dijo con voz grave- ¿Sabes que me acabas de pedir?
-Si-conteste firme- Que me hagas el amor
Me tomo delicadamente de las manos, besando cada una hasta observarme de nuevo fijamente y preguntarme serio:
-¿Estas segura?
-Si- conteste decidida
Una sonrisa picara sustituyo su rostro serio. Ambos estábamos decididos a todo el día de hoy. ME beso rápidamente en la boca y sin soltar mi mano derecha, ambos salimos del antro, dirigiéndonos a toda prisa a la suite.

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